· También resaltó el nuevo papel del CEDH, al que se le dio plena autonomía
21, septiembre, 2011
Redacción
EL ECONOMISTA
Tuxtla Gutiérrez. El ex consejero presidente de Derechos Humanos del Distrito Federal e integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Emilio Álvarez Icaza, resaltó que el respeto a los derechos humanos es la base de la paz en el mundo y puso como ejemplo a Chiapas por las recientes reformas establecidas en su Constitución Siglo XXI.
Uno de los temas que resaltó Álvarez Icaza fue la nueva Constitución Política del Estado de Chiapas y el nuevo papel del Consejo Estatal de Derechos Humanos (CEDH), al que se le da plena autonomía.
“La nueva Constitución de Chiapas es de vanguardia legislativa porque es la primera del mundo en incluir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), con artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y armoniza el orden jurídico estatal con los instrumentos internacionales de derechos humanos”, destacó.
“Incluir los Objetivos de Desarrollo del Milenio en la Constitución Siglo XXI habla de vanguardia y liderazgo nacional del gobernador Juan Sabines Guerrero”, aludió Álvarez Icaza.
Además señaló la trascendencia de la reforma constitucional del estado de Chiapas, ya que con el CEDH se garantiza la libertad política y civil de cada individuo y establece políticas públicas con enfoque en derechos humanos.
Destacó también que otros puntos importantes de las reformas de estado son “la protección a migrantes, la política de género, la no discriminación, vida libre de violencia, la enseñanza en educación básica y media superior sobre derechos humanos y la prioridad para los grupos en situación de vulnerabilidad: indígenas, adultos mayores, mujeres, personas con discapacidad; el de los menores y la sustentabilidad del medio ambiente”.
Álvarez Icaza explicó que la actual Constitución de Chiapas es de gran magnitud, puesto que crea un fondo para la reparación del daño a víctimas, así como artículos enfocados a la erradicación de la pobreza extrema.
El defensor de los derechos humanos explicó que algunas de las funciones del CEDH son la promoción de cultura de la paz, procurar los derechos individuales o colectivos, establecer programas preventivos, impulsar cumplimiento de instrumentos internacionales, recomendar medidas de no repetición de violaciones a derechos humanos y reparación del daño a las víctimas, visitas e inspecciones a centros de asistencia social e instituciones de asistencia privada y procurar presupuesto necesario y profesionalización.
Al final de su ponencia detalló que algunos retos sobre la estructura son convertir las reformas constitucionales y legales en acciones concretas en todas las áreas de gobierno y proponer un marco legislativo viable y eficaz en materia de protección a derechos humanos.
También manifestó los retos en el interior del organismo, como el de fortalecer los vínculos de confianza con la ciudadanía a través de una política de cercanía con ella y de gestión autónoma, fomentar la eficiencia institucional y diseñar mecanismos eficaces de defensa y justicia de los derechos humanos (procedimientos, protocolos y normas internas).
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